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Palabras en juego

 

Akontimos y Espada

Jesús Castañón Rodríguez

Versión en inglés

El Palacio Revillagigedo de Gijón acoge hasta el día 3 de septiembre la exposición "Sueños Olímpicos", un recorrido por la historia del deporte desde las pruebas deportivas en Olimpia hasta la actualidad.

Organizada por la Fundación Príncipe de Asturias y el Museo Olímpico de Lausana, presenta réplicas de objetos de los atletas de la Antigüedad y piezas arqueológicas con motivos deportivos. Y también, del olimpismo moderno gracias a la recreación del despacho del barón de Coubertin, al facsímil del acta fundacional del Movimiento Olímpico y a la aportación de numerosos datos sobre los presidentes del Comité Olímpico Internacional.

Además, es un viaje por las palabras. Para saltar del "akontimos" (jabalina) y el "pancracio" (lucha a muerte) a la "pértiga" o "garrocha", de las "coronas" de olivo o de laurel a "medallas" o "preseas", del "espejo cóncavo" que enciende la antorcha a la "flecha" con que Antonio Rebollo inauguró los Juegos de 1992. O para esprintar a toda velocidad en la Espada, la bicicleta con que Miguel Induráin batió el récord de la hora.

Paseará por todas las ediciones de los Juegos Olímpicos de verano, entre recuerdos, medallas y equipamientos de grandes leyendas: "bañadores, dorsales, guantes de béisbol, máscaras de esgrima o zapatillas", "chisteras" para la cesta punta, "palos de cróquet" o "pesas de halterofilia" todavía de madera maciza. Verá la combinación de términos de diferentes idiomas con el arte, como el curioso cartel de los Juegos de Estocolmo de 1912 escrito en checo, así como esculturas, litografías, carteles, mascotas y antorchas de todos los Juegos de verano con su simbolismo de paz y amistad.

Conocerá a los galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes desde Sebastián Coe a Fernando Alonso. Verá la participación destacada de dirigentes y deportistas de Asturias en la historia del olimpismo de la Era Moderna. Recordará los Juegos de 1992 entre curiosidades, objetos personales y trofeos. Y descubrirá cómo el deporte olímpico convirtió en atletas a Aristóteles, Hipócrates, Pitágoras, Sócrates y dio fama a ese luchador de pancracio llamado Platón.

Sueñe olímpicamente. Ponga en su cabeza una corona de olivo o de laurel y sienta a la vez la plena felicidad del ganador, que el escritor Luciano describía en "Anarcasis y los gimnastas": libertad, riqueza, gloria y celebración de todos los bienes.

Publicado en La Nueva España, Oviedo, 28 de agosto de 2006.