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Palabras en juego


Tópicos

Jesús Castañón Rodríguez

Mañana es el "Día de los enamorados", una jornada en la que la gente se quiere mucho y emplea expresiones y ritos que se repiten año tras año: frases, flores, versos, animaciones informáticas con latidos de corazón...

El lenguaje deportivo, como experiencia que aparece y reaparece varias veces a la semana, también cuenta con sus expresiones habituales. Complete los puntos suspensivos: "el deporte del balón..." para el fútbol, "el deporte de la..." para el baloncesto, "los esforzados de..." y el pelotón es "la serpiente..." en ciclismo, el equipo de campanillas se ha vuelto un "Dream...", pero si pasa muchos apuros "está con el agua..." hasta cerrar la clasificación como el "... rojo".

Si ha contestado "redondo, canasta, la ruta, multicolor, Team, al cuello y farolillo", es un consumidor de comunicación deportiva. Es un aventajado discípulo de la guía de expresiones que facilitó Matías Prats para escribir 20 páginas cambiando sólo el nombre de los protagonistas.

Desde 1926, circula la idea de que los periodistas deportivos cometen numerosos errores de lenguaje y sus formas de expresarse sólo son una fuente de extranjerismos y de constante repetición de tópicos.

Estos últimos son fórmulas retóricas que emplean los escritores con mucha frecuencia y expresiones poco novedosas por ser comunes y sabidas. La comunicación deportiva, en sus formas de espectáculo, necesita crear constantemente términos llamativos para definir algo especial en pocas palabras. Es el caso del "gol matrix", fórmula con la que se saludan los goles de volea con rectificado en el aire que practica Fernando Torres. Si se marcaran veinte tantos todas las semanas con este estilo, tendría la adhesión del periodismo y de la gente hasta llegar a convertirse en un tópico, del mismo modo que ocurrió con aquellos balones que pasaban "junto a la cepa del poste" en la década de los cuarenta del siglo XX.

El problema con los tópicos sólo surge, como bien cuentan los periodistas ovetenses Julio Samoano y David Álvarez, cuando se abusa de su uso por la inercia de querer expresarse cómodamente con un número reducido de palabras y sin interés.

Mañana dígale a su pareja que "campeona en su corazón" y si no le entiende siempre podrá volver a aquello de la trucha y el trucho.

Publicado en La Nueva España, Oviedo, 13 de febrero de 2006.