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El deporte y los diccionarios en español

 Jesús Castañón Rodríguez    (Idioma y Deporte)

 

Palabras clave: Lenguaje y jerga. Lengua española. Lexicografía. Diccionario.

Key words: Language and jargon. Spanish Language. Lexicography. Dictionary.

 

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La expansión mundial del deporte constituye una compleja realidad idiomática que está relacionada con aspectos de información e investigación científica, redes de información y documentación, una creciente reflexión universitaria…

Su juego de emoción social, que combina las expresiones de los profesionales del deporte, las formas del lenguaje periodístico y las recreaciones personales del nivel literario, ha alcanzado un lugar destacado en la renovación del léxico y ha despertado el interés de diversos profesionales para codificar sus términos en diccionarios de léxico general y diccionarios de especialidad.

1.- Diccionarios de léxico general
En un somero repaso, la codificación de términos referidos al ámbito del deporte en los diccionarios que recogen el léxico general permite contar con dos enfoques: la presencia en obras que registran la lengua general y el registro en obras sobre aspectos lingüísticos especializados.

1.1. Léxico deportivo en obras que recogen la lengua general

La incorporación de los términos deportivos al primer tipo de diccionarios es resultado de un largo proceso institucional en el que la Asociación de Academias de la Lengua Española y la Real Academia Española han evolucionado desde una actitud purista para la hispanización del léxico hacia la defensa del uso de criterios de corrección idiomática.

A lo largo del siglo XX produjo: la revisión de las denominaciones de las disciplinas deportivas de fútbol, baloncesto, balonvolea, béisbol y boxeo; la incorporación al léxico de palabras derivadas a partir de las denominaciones de dichos deportes; el estudio de treinta y ocho términos de béisbol y doce de fútbol; la experiencia colombiana de sustitución de trescientas expresiones inglesas relacionadas con el fútbol; la recomendación de que denominaciones oficiales de entidades y organismos, los nombres de disciplinas deportivas, marcas y enseñas así como la terminología para las transmisiones de radio y televisión se llevaran a cabo en lengua española; la realización de campañas en escuelas de periodismo para favorecer la corrección idiomática en los titulares de los diarios y en la traducción de las noticias cablegráficas y de teletipo y una propuesta de estudio de la terminología deportiva para su inclusión en el diccionario. Con el cambio de siglo, la Asociación de Academias de la Lengua Española estableció en la "Declaración de Valladolid" la creación del Observatorio del Neologismo con el fin de analizar de forma prioritaria la capacidad de diversos ámbitos a la hora de generar neologismos que, posteriormente, se instalan en el habla común con gran éxito social. Esta creciente influencia del deporte en el español actual ha tenido su reflejo en tres ámbitos.

Primero, en obras institucionales como el Diccionario de la Lengua Española (Real Academia Española 2001) que, en su vigésimo segunda edición registra términos relacionados con ochenta y un disciplinas deportivas diferentes, con especial atención a las disciplinas de los Juegos Olímpicos de verano y de invierno así como a las artes marciales y los deportes no olímpicos con gran difusión. Es una labor que da continuidad a la tradición iniciada en 1899 y 1914 con la la incorporación de vocablos de ciclismo y de tenis en 1914 y el impulso tomado en las ediciones de 1925, 1956 y 1992 (Castañón Rodríguez 2002).

En el último cuarto del siglo XX y primer decenio del siglo XXI, esta tendencia también se reprodujo en otras publicaciones institucionales como en la cuarta edición del Diccionario Manual e Ilustrado de la Lengua Española (Real Academia Española 1989) y en la primera edición del Diccionario Esencial de la Lengua Española (Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española 2006).

Segundo, este aumento de la presencia de términos deportivos se dio también en la producción lexicográfica creada en Argentina (Academia Argentina de Letras 2008 y Peltzer 2007), Cuba (Cárdenas y Tristá 2000), Venezuela (Núñez y Pérez 1998) y en otras obras españolas con enfoques ideológicos (Méndez 1997), temáticos (Moral 1998) y diccionarios de uso y del español actual (Alvar Ezquerra 1999 y 2004, Diccionario General de la Lengua Española VOX 1997, Gran diccionario de la lengua española Larousse 1996, Lema, Diccionario de la lengua española 2001, Moliner 1966 y Seco, Andrés y Ramos 1999).

Y tercero, en el paso al nuevo siglo se ha desarrollado una reflexión universitaria gracias al trabajo de entidades de Colombia, Cuba, España, Italia, República Checa, Suecia y Venezuela (Agulló 1999, Bazán 2003, Castro Odio 2003, Díaz Evans 2001, Díaz Sánchez-Cruzado 2004, Dulíková 2008, García Molina 2000, González Hernando 1999, Hansson 2005, Herráez Pindado 2002, Lan 2004, Mapelli 2000, Nomdedeu 2004a, Paredes Ortiz 2002, Riera Ferrán 2003, Rojas Torrijos 2008 y Teruel 2006).

1.2. Léxico deportivo en obras que recogen aspectos lingüísticos especializados

Los diccionarios especializados en cuestiones idiomáticas han abordado en el ámbito deportivo dos grandes centros de interés: los anglicismos y las dudas de uso (Castañón Rodríguez 2008).

Los primeros han sido analizados con un enfoque general en textos descriptivos y obras que estudian sus funciones, bibliografía específica, calcos y traducciones y variaciones de uso. Es el caso de Chile (Contreras 1953), España (Alfaro 1970, Alonso Pascual 1996, Alzugaray 1982, Fernández Fernández 2004, Fernández García 1970, 1971 y 1972, Gutiérrez Cuadrado 2006, Hoyo 1988, Marcos Pérez 1971, Pratt 1980, Rodríguez González 1996a y 1996b, 1997, 2002, 2004 y 2007 y Trapero 1992), México (Junco 1966), Nicaragua (Ycaza Tigerino 1987 y 1992 e Ycaza Tigerino y Peña Hernández 1972) y Puerto Rico (Ycaza Tigerino 1983). Además se han realizado estudios sobre anglicismos específicos de fútbol en Colombia (Figueroa 1970) y España (Castañón Rodríguez 1992).

La resolución de las dudas de uso para la corrección de estilo ha sido una constante en la preocupación del periodismo y se ha desarrollado en tres etapas (Castañón Rodríguez 2005).

En los inicios del siglo XX, el diario La Veu de Catalunya impulsó la colección de libros Biblioteca Los Sports, bajo la dirección de José Elías y Juncosa, para difundir el deporte con una terminología en español que sustituía buena parte de palabras extranjeras.

Entre 1958 y 1992, el periodismo creó repertorios léxicos de vocabulario técnico y jerga mediante diccionarios, enciclopedias y reflexiones universitarias, especialmente en España y México. Es una tarea en la que participaron Enric Bañeres, Acisclo Karag, José Luis Lasplazas, Juan José Castillo o Joaquim Maria Puyal (Agencia Efe y Gobierno de La Rioja 1992a, Enciclopedia de la medicina deportiva 1990, Enciclopedia de los deportes 1968, Enciclopedia Internacional Focus 1968, Enciclopedia mundial del deporte 1982, Enciclopedia mundial del fútbol 1982, Enciclopedia mundial del tenis 1986, Enciclopedia Salvat de los deportes 1976 y Gran enciclopedia de los deportes 2000, Karag 1958, Lasplazas y Maluquer 1959, Puyal 1972). Y además, surgen los primeros pasos por la corrección del lenguaje periodístico con la propuesta del diario madrileño Ya para elaborar un vocabulario común y que, desde 1976 se intensificaría con la incorporación de terminología deportiva a los libros de estilo de información general y con las orientaciones léxicas y gramaticales a cargo de miembros de la Real Academia Española (Lázaro Carreter 1997, "Medio para la defensa del idioma" 1973).

Desde 1992 hasta la actualidad se han desarrollado varias líneas de trabajo (Agencia Efe y Gobierno de La Rioja 1994 y Castañón Rodríguez 2005 y 2006): elaboración de diccionarios y vocabularios (Relaño 1996 y 2001), reflexiones, cursos universitarios, trabajos de investigación o actividades.

La orientación de términos y la glosa del lenguaje deportivo generó comentarios especializados durante la temporada 1996-1997 en la sección "Firma invitada" del diario Marca con Fernando Lázaro Carreter y Gregorio Salvador y con las secciones específicas "Palabras mayores" en el portal Basketconfidencial.com, desde 2003 hasta hoy, y "Palabras en juego" en el diario ovetense La Nueva España, entre 2005 y 2008.

Y la labor iniciada por los diccionarios de dudas y los libros de estilo con un enfoque general (Fernández 1991, Fundación del Español Urgente 2008, Salas 1985, Seco 1966, Santamaría et al. 1989) dio paso a la formación de libros de estilo especializados para el deporte, gracias a la labor de la Agencia Efe, el diario El Mundo Deportivo, el área de deportes de Televisión Española y varios autores andaluces para agencias de noticias, prensa escrita, periodismo audiovisual y la alta competición de Juegos Olímpicos de verano y Juegos del Mediterráneo (Agencia Efe y Gobierno de La Rioja 1992b, Bernárdez 1998, El Mundo Deportivo 1995, Ordoño 2004 y Rojas Torrijos 2006).

En este clima, el deporte también se ha incorporado al Diccionario Panhispánico de dudas (Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española, 2005), un obra con orientaciones argumentadas y acordadas entre todas las academias de habla española y que cuenta con el aval de los principales medios informativos en la comunidad hispana. Registra para el deporte ciento cincuenta entradas con orientaciones sobre adaptaciones gráficas, uso del género, formación de plurales, equivalencias, uso de otros términos como sinónimos, recomendaciones ortográficas y comentario de vulgarismos, tópicos, dudas y errores más comunes (Castañón Rodríguez 2007 y Gómez Font 2006).

2. Diccionarios de especialidad

Los diccionarios de especialidad han creado obras monolingües que ofrecen una definición de cada unidad léxica con la posible información enciclopédica o de ilustraciones y obras multilingües que ofrecen las equivalencias entre diversos idiomas y la posible compañía de una definición de cada término.

2.1. Enfoque general

Con un enfoque general sobre todo tipo de deportes, los diccionarios de especialidad han encontrado buena acogida en Chile mediante planteamientos de carácter general (Aeta 1930) e histórico (Contreras 1962) y en España con una variedad que también abarca enfoques históricos (Agulló 2003), de uso actual (Castañón Rodríguez 2004, Karag 1958), temáticos (Morales Del Moral y Guzmán Ordóñez 2000) y multilingües (Diccionari general dels esports olímpics 1992, Novo Folgueira 1988a y 1988b, Uzei 1982).

2.2. Enfoque específico

Con un enfoque específico cabe destacar cinco centros de interés para codificar términos: las ciencias del deporte, la documentación deportiva, el turismo, la alta competición y las disciplinas deportivas.

Desde el último tercio del siglo XX se han registrado trabajos de especialidad para las ciencias de la actividad física y deporte, con producción que comprende cuatro países: Argentina (Juárez 2001), Colombia (Bolaño Mercado 2006 y Silva Camargo 2002), España con trabajos monolingües con enfoque general (Giménez Fuentes-Guerra y Díaz Trillo 2001, Lagardera Otero1998 y 2008 y Rosa Sánchez y Río Mateo 1999) y con productos multilingües (Aquesolo Vegas, Rodado Ballesteros y García López 1992, Uzei y Eusko Jaurlaritza 2005) y México (Juárez 2003 y Vargas 1998).

La creación de lenguajes para la documentación deportiva, ha generado en España materiales monolingües (Aquesolo 1991a, 1991b y 1991c, Delgado Noguera 1999, Escuela Social de Madrid 1946, Iruretagoyena y Aquesolo 1991, Romero y Schwarz 1979, Rosa y Río 1999, Sachs 1936, Schwarz 1980, 1985, 1989a, 1989b, 1990, 1995, 1997a, 1997b, 1997c, 1999a y 1999b, Schwarz y A. de Irazazábal-Nerpell 1992 y Schwarz y Rollán 1999) y de carácter multilingüe con posterior aplicación en las redes de saberes de Iberoamérica (Thesaurus Sport 1993).

La relación de los términos del deporte con el turismo ha sido una de sus últimas novedades y ha surgido con fuerza a finales del primer decenio del siglo XXI (Aragón et al. 2009).

Uno de los ámbitos de mayor producción lexicográfica lo constituye el de la alta competición, con la codificación de términos relacionados con los Juegos Olímpicos, los Juegos del Mediterráneo y la Copa del Mundo de Fútbol.

Los Juegos Olímpicos de verano han dado lugar a obras monolingües (Salas 1991) y, sobre todo, a materiales multilingües de gran calidad en los que se registran numerosos extranjerismos y equivalencias en varios idiomas, entre los que figura el español. Es el caso iberoamericano del Comité organizador de los Juegos de la XIX Olimpiada que generó un repertorio de términos náuticos en español, francés e inglés (Arias 1968) y del Termcat de la Generalitat de Catalunya, que generó términos en catalán, español, francés e inglés para las veintiocho disciplinas olímpicas de los Juegos de Verano de Barcelona en la colección Diccionaris dels esports olímpics (Termcat 1991 y 1992) en una experiencia que ha sido aprovechada, entre 1996 y 2006, por los comités organizadores de los Juegos Olímpicos de Verano en Atlanta, Sídney y Pekín, los Juegos Olímpicos de Invierno en Turín y la Copa del Mundo de Fútbol en Corea y Japón. Además, se han registrado otros trabajos en los que el idioma español se relaciona con alemán, francés e inglés (Organisationskomitee Für Die Spiele Der Xx Olympiade In München 1972 y 1977, Katz 1998) o con el ruso (Diccionario-guía de conversacion español-ruso. Deportes olimpicos estivales 1979).

La Asociación de la Prensa de Almería acogió terminología general de los deportes y voces propias de los medios de comunicación en español, francés e inglés para los Juegos Mediterráneos de 2005 (Ordoño, 2004).

Y la Copa del Mundo de Fútbol hizo que la Oficina de Información Diplomática de España recopilase terminología en español, francés, inglés e italiano (Arias 1982).

Finalmente, la producción lexicográfica más especializada abarca términos de cuarenta y un disciplinas deportivas diferentes y se desarrolla en Argentina, Cuba, España, Francia, Italia, Reino Unido, Rusia, Uruguay y Venezuela.

Su desglose indica que el ajedrez ha generado léxicos monolingües en España (Gude Fernández 2004 e Ibero1983). El atletismo, producción multilingüe en Cuba (Instituto Superior de la Cultura Física Manuel Fajardo 1991), España (Termcat 1991z, Uzei 1994) y Venezuela (Vela Valdés). Y las artes marciales han dado lugar a léxicos monolingües en España (Casero Abellán 2004, López Domínguez 1981, Ory 1986, Ory y Ory 1995).

Diccionarios multilingües han sido formados en España para atender al bádminton (Termcat 1991s), balonmano (Termcat 1991k, Uzei y Eusko Jaurlaritza 2005). El baloncesto ha creado léxicos monolingües En España (Comas 1995) y multilingües en Cuba (Instituto Superior de la Cultura Física Manuel Fajardo 1991) y España (Termcat 1991a, Uzei y Eusko Jaurlaritza 2005). El béisbol ha sido recogido en léxicos monolingües en Venezuela (Bazán 2003) y multilingües en España (Termcat 1991w). Y el boxeo ha contado con producción multilingüe en España y en Rusia (Boxe=Boxing=Boxeo 1979 y Termcat 1991t).

La caza aporta léxicos monolingües en España (Moreno Chacón 1999 y Rodero 1955). El ciclismo es visto en léxicos monolingües en España (Coscollà 1994, Montero Lama y Polo Clausell 1996) y multilingües en España y Rusia (Cyclisme=Cycling=Ciclismo 1979, Termcat 1991c, Uzei 1996). Y el culturismo ha generado productos monolingües (Diccionario de culturismo y musculación 2000).

En obras multilingües se han abordado en España los deportes de aventura (Termcat 2006a), los deportes de invierno (Termcat 2004) y la esgrima (Termcat 1991m).

El fútbol ha producido diccionarios monolingües en Argentina (Denti 1978, Olé 2000, Peltzer 2007 y Sanz y Fontanarrosa 1994), España (Castañón 1993, Mouro Santos 1971, Nomdedeu 2004a, Pfändler 1954, Puyal Ortiga 1972, Silveira 1996, Sport 1986, Teruel 2007) y Uruguay (Nilo 1968). Y también ha dado lugar a obras multilingües en España (Arias 1982, Termcat 1991aa, Uzei 1985 y 1994), Francia (Stassinet 2002) e Italia (Scotini 2006).

En España se han creado léxicos multilingües para la gimnasia (Termcat 1991e) y para el golf, léxicos monolingües (Asís Boyer 2004, Díaz-Cidoncha 2003 y Fortuoso 1998).

La halterofilia ha permitido obras multilingües en España (Termcat 1991u y 1992) y la hípica ha registrado la presencia de volúmenes monolingües en Argentina (Barcia 1978) y España (Altamirano Macarrón 1994, Diccionario de equitación para el uso de los oficiales del arma de caballería 1854, Huesca 1881, Llamas 2008, Rivero Montero 1885), así como obras multilingües en España (Estévez Paz 2004, Termcat 1991j y Urquía Gomez 1988).

El hockey (Termcat 1991r) y el hockey sobre patines (Termcat 1991q) han aportado léxicos multingües en España. El judo, obras multilingües en España (Termcat 1991i) y Rusia (Judo=Judo=Judo=Judo 1979). Y en España, han ocasionado productos multilingües la lucha (Termcat 1991p) y la natación (Termcat 1991f).

La náutica ha aportado obras monolingües en España (Diccionario marítimo español redactado por orden del Rey Nuestro Señor1831, Martínez-Hidalgo 1977y 2002, Montalbetti 1979) y trabajos de carácter multilingüe en España (Garnier 2003, Malagón Ortuondo 1998, Mercadé y Luchetti 2004, Puya 1994, Suárez Gil 1981, Termcat 1991 y 2008a), en Francia (Escuela de Glénans 1994), México (Arias 1968), Reino Unido (Webb 1983, Webb y Manton 2001) y Rusia (Yachting=Yachting=Segein=Vela 1979).

En España se han registrado obras multilingües para pádel (Termcat, 2000a y 2000b), pelota (Termcat 1991y y Uzei 1994) y pentatlón moderno (Termcat 1991x).

La pesca ha aportado léxicos monolingües en España (García-Egocheaga Vergara 2002) y el piragüismo (Termcat 1991h), el remo (Termcat 1991ñ) y el rugby (Termcat 1995a y 2008b) han dado lugar a volúmenes multilingües en España.

El submarinismo ha inspirado léxicos monolingües en España (Diccionario de submarinismo 2000). Y finalmente, se han generado materiales multilingües en España para surf sobre nieve (Termcat 2005 y 2006b), taekwondo (Termcat 1991v), tenis (Termcat 1991o), tenis de mesa (Termcat 1991g), tiro con arco (Termcat 1991l), tiro olímpico (Termcat 1991n), vela (Termcat 1991d) y voleibol (Termcat 1991b).

3. Epílogo

Como resumen a este somero repaso a la producción lexicográfica de tema deportivo, cabe destacar que la variedad y riqueza del idioma del deporte ha sido codificada con una variada producción de obras en diez países de habla hispana (Argentina, Chile, Colombia, Cuba, España, México, Nicaragua, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela) y en seis de Europa (Francia, Italia, Reino Unido, República Checa, Rusia y Suecia). Ayudar a hacer comprensible el deporte, facilitar su asimilación y fomentar la creatividad del idioma en el siglo XXI constituyen una apasionante tarea para la cooperación entre especialistas y lexicógrafos a la hora de abordar complejos retos como la difusión y promoción de la tecnología lingüística, la constante diversificación de la actividad física y el deporte y la próxima extensión de la alta competición a la edad adolescente.

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Cómo se cita este artículo

CASTAÑÓN RODRÍGUEZ, Jesús: “El deporte y los diccionarios en español”. Idioma y deporte [en línea]. 15 de junio de 2009, número 107. [Consultada: 15 de junio de 2009]. Disponible en Internet: <http://www.idiomaydeporte.com/articulos/el-deporte-y-los-diccionarios-en-espanol.php> ISSN: 1578-7281.