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Miguel Gila y los regates irónicos del deporte

Jesús Castañon Rodríguez

Miguel Gila nació en Madrid en 1919 y murió en Barcelona en el año 2001. Con su muerte, abandona la cancha del humor uno de sus más destacados representantes iberoamericanos en las tácticas del humor negro y del humor del absurdo.

Desarrolló su carrera artística en Argentina, Cuba, España y México con múltiples facetas. Ha sido escritor de relatos y libros de memorias; actor en más de treinta películas; dibujante gráfico en las revistas humorísticas españolas La Codorniz, Don José y Hermano Lobo y en la cubana La gallina, así como en el semanario Sábado Gráfico y los rotativos Diario 16 y El Periódico de Catalunya.

También ha sido publicista y quizá su faceta menos conocida es la de periodista en Zamora. Fue redactor del diario Imperio y relator deportivo de transmisiones futbolísticas en Radio Zamora, lo que también le llevó a realizar una prueba con Matías Prats para ejercer esta labor en Radio Nacional de España.

Toda esta trayectoria fue reconocida con el Premio Ondas de Radio en 1993, , la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo en 1995, la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Barcelona y el título de Profesor Honorífico del Humor de la Universidad de Alcalá de Henares en 1997 y el Premio Internacional Gato Perich en 1999.

La lija de la solemnidad

La afición por el dibujo le surgió a los seis años cuando su abuelo tenía en la cocina su taller y arrimaba a las paredes diversas tablas lisas, que el nieto aprovechaba para primero pintar en ellas monos y después borrarlos con un trozo de papel de lija.

Pero su humor se ha inspirado en la vida diaria del español humilde, vista con la ingenuidad del niño y la perplejidad del ignorante sabio. Sus trabajos destilan filosofía, nostalgia sin amargura, comprensión y compasión hacia los más desfavorecidos, pero ante todo, un regate a la solemnidad combinando costumbres, humor negro y visión surrealista hasta provocar la carcajada.

Humor para ver, reír y pensar

En el deporte, Gila puso en práctica el humor absurdo hasta convertirlo en un dadaísmo amable, en un juego de relaciones lógicas y sin sentido donde el uso ambiguo de las palabras ha sido capaz de llevar a la emoción, al orgullo, a un refugio ante la adversidad donde ni las derrotas ni las victorias son para siempre y sin solución, a una cancha que lija la solemnidad y el miedo de otras esferas de la vida.
Su producción deportiva abarca humor gráfico, humor escrito, humor radiofónico y humor escénico.

Humor gráfico

En sus chistes gráficos aparece el comentario de la actualidad deportiva y social, con una especial atención al costumbrismo como en el caso del salón donde una familia ve tres televisores: uno para el fútbol del padre, otro para las aventuras del niño y un tercero para el culebrón de la madre. También está presente la vida de pareja gracias a un marido que no dirá su opinión sobre la cena a su mujer hasta que no termine la repetición de las jugadas más interesantes. Se registra la difícil vida que le espera a un extranjero tras ser detenido sin papeles y no ser futbolista. O se comparan las economías de la gente humilde y la de las entidades deportivas, con un vecino moroso, lector de Marca, al que el casero le reclama tres meses de deuda del alquiler y le contesta que no le importa, ya que nadie da la tabarra a los equipos de fútbol que deben miles de millones.

Humor escrito

En el humor escrito genera artículos de prensa y novelas. En los primeros crea humor para pensar destacando el cambio producido en los chicos débiles de los barrios de las grandes ciudades y de las zonas más desfavorecidas, para los que ha dejado de ser un motivo de orgullo portar insignias con el escudo del Athletic Club de Bilbao como consecuencia de la violencia política en la década de los ochenta. Y en las segundas, genera situaciones de fantasía para resaltar que el balompié no se acaba en la Tierra. Gila recupera la costumbre infantil de adulterar monólogos y diálogos con grandes personajes de la historia para crear una propia historia más divertida que la de los libros escolares, y descubre que el Más Allá es un lugar donde cada año se celebra un partido amistoso y una carrera ciclista. A la entrada del Más Allá está Mariano, un antiguo acomodador del Teatro Fuencarral, que clasifica a la gente por profesiones y le dice en qué zona le corresponde morir para reencontrase con los familiares ya fallecidos.

Entre los famosos del deporte sólo aparecen boxeadores, ciclistas y los futbolistas Gaspar Rubio, José Samitier, Monjardín, Alcántara y los hermanos Regueiro.

Humor radiofónico

También desarrolló el humor radiofónico con el comentario delirante de actualidad en El debate sobre el Estado de la Nación, emitido por la Cadena Cope y Onda Cero entre 1985 y 1998 en el espacio Protagonistas de Luis del Olmo, buscando las aristas más divertidas a los hechos deportivos en compañía de Chumy Chúmez, Coll, Forges, Jordi Estadella, Martín Morales, Mingote, Ozores, Manuel Summers, Tip, Alfonso Ussía y Josema Yuste.

Humor escénico

Pero su labor más reconocida es la de actor. Por un lado, en sus trabajos de publicidad en la empresa de Luis Bassat para la marca de maquinillas Filomatic, en la que promocionaba este producto vestido de boxeador al calor de los éxitos pugilísticos de Urtain.

Y por otro lado, en la elaboración de monólogos humorísticos en los que el deporte se ha convertido en una forma de llevar al absurdo situaciones solemnes para hacer reflexionar. Crea tres monólogos hilarantes sobre una operación médica, sobre un peculiar sermón y sobre las narraciones de los locutores deportivos de radio.

Realiza en clave de fútbol, desde la sala de espera de la estación de Medina del Campo, la transmisión de operación médica en la clínica Los Dolores. El enfermo y el cirujano disputan un partido especial. El enfermo cuenta con un equipo formado por su portera, sus cuñadas como defensas y otras mujeres como delantera; mientras que en el bando del cirujano se alinean el anestesista, los practicantes, las enfermeras, su cuñada y su madre política. En este singular encuentro, el riñón es sacado por el doctor, lo para la enfermera con el pecho, se cae al suelo, aprovecha el fallo el practicante para colarlo por una ventana, lo bloca con seguridad la portera que lo bota dos veces y saca para dárselo al doctor quien remata en plancha para colocar el riñón en su sitio. Al final, el doctor Menéndez cose la tripita al enfermo y todo termina con victoria del médico por un riñón a cero.

También retrata al cura párroco Don Clemenciano, improvisado cronista del partido de Tercera división disputado por el equipo del pueblo. Tras acabar la Misa exhorta a las mujeres a que se vayan al bingo mientras desde el púlpito lleva a cabo una crónica-sermón sobre las incidencias de los encuentros y sobre la humillaciones que suponían marcar goles al prójimo o insultar al árbitro. Propone como solución a su homilía aplicar un nuevo mandamiento, "No rematarás", ante el atento seguimiento que a sus comentarios se hacen desde los bancos de la Iglesia.

Y, finalmente, llega al esperpento con la desesperada y absurda transmisión radiada de un encuentro que hace un locutor olvidadizo y sin memoria que no logra recordar los nombres de equipos, de alineaciones de jugadores, del balón y de la portería.

Epílogo

En resumen, Miguel Gila convirtió su afición por boxeo, ciclismo y fútbol en un ámbito de felicidad para refugiarse ante la adversidad de la vida. Una felicidad indescriptible que lija las situaciones más solemnes de la vida real, que traspasa la vida social y que es tan grande que también llega hasta el Más Allá. El deporte es un mundo de fantasía absurda, la cancha natural para la carcajada y la abierta sonrisa.

Referencias bibliográficas

BASSAT, Luis, El libro rojo de la publicidad, Barcelona, Folio, 1993.
CABO MARTÍNEZ, María Dolores, Siempre Gila, Madrid, Aguilar, 2001.
CRUZ, Juan, "El humor de la guerra", El País, Madrid, 14 de julio de 2001.
GILA, Miguel, Gila y sus gentes, Madrid, 1957.
- "Especie de prólogo", Gila y su gente, Buenos Aires, Nueva Senda, 1972, págs. 4-7.
-"Locutor desmemoriado", en El maravilloso mundo del fútbol, Madrid, Cosmos, 1976, pág. 101.
- "Cobardes bajo una capucha", Diario 16, Madrid, 22 de octubre de 1983.
- "Herreros", en Cincuenta años de humor español, Madrid, El Independiente, 1990, págs. 90-91.
- Un libro libre, Madrid, PPC, 1996.
- Encuentros con el más allá, Madrid, Temas de Hoy, 1999.
- "Operación de riñón", en Siempre Gila, Madrid, Aguilar, 2001, págs. 137-139.
MINGOTE, Antonio, "El primogénito de ‘La Codorniz’", ABC, Madrid, 14 de julio de 2001.
PALOMINO, Ángel, "Gila", ABC, Madrid, 28 de julio de 2001.
PRADA, Juan Manuel de, "Gila", ABC, Madrid, 14 de julio de 2001.

 

Cómo se cita este artículo

CASTAÑÓN RODRÍGUEZ, Jesús: “Miguel Gila y los regates irónicos del deporte”. Idioma y deporte [en línea]. 15 de diciembre de 2001, número 21. [Consultada: 15 de diciembre de 2001]. Disponible en Internet: <http://www.idiomaydeporte.com/gila.htm> ISSN: 1578-7281.