Bigotes, corbatas y chuletas

Jesús Castañón Rodríguez

Este fin de semana se ha disputado en Straffan (Irlanda) una nueva edición de la Ryder Cup, el torneo bianual que ideó un comerciante inglés de semillas en 1926: Samuel Ryder. En él compiten dos equipos de Europa y Estados Unidos en la modalidad de "match play" por la que vence el conjunto que más victorias ha obtenido por hoyos, sin tener en cuenta el menor número de golpes al final de todo el recorrido.

Este año, los equipos han estado capitaneados por Iam Woosnam (Europa) y Tom Lehman (Estados Unidos) y ha contado con la participación del indiscutible Tiger Woods y de los españoles Sergio García y José María Olazábal.

Sobre el número de golpes adjudicados al recorrido o "handicap", los golfistas fueron a la conquista de los "birdie, eagle, albatros" (uno, dos o tres bajo par) con el fin de evitar los "bogey, doble boggie y triple bogey" (uno, dos o tres sobre par) y las temidas "corbatas" en las que la bola rodea el hoyo sin entrar en él.

Con hierros y maderas que portearon sus ayudantes o cadis evolucionaron por el "búnker" (obstáculo de arena) y por zonas segadas a diferentes alturas: el "antegreen" y el "green", con hierba a poca altura, y el "rouge" y el "bigote del bunker", con la hierba alta o sin segar.

Y deleitaron a los espectadores imprimiendo diversos efectos de rotación a la bola: el "backspin" o efecto hacia atrás, movimientos de izquierda a derecha como el "draw" para conseguir más distancia en un lanzamiento o el "fade" para quitar altura a un golpe y movimientos de derecha a izquierda como el "hook" o el "slice" para acortar la distancia de un golpe.

Si en el "approach" o golpe de aproximación es un consumado especialista en pasar por encima o por el lado de una pelota sin tocarla ("air shot") o en levantar una mata de césped al ejecutar el golpeo ("chuleta"), no se preocupe.

Haga un "hoyo en uno" y admire la labor de Inés Díaz-Negrete, Alfredo García Heredia, Hugo Menéndez, Saúl Menéndez, Reggie Rodríguez… que en los últimos tiempos han conquistado triunfos en el panorama nacional.

Quizás sean los continuadores de aquella generación que puso fin a la hegemonía estadounidense en la Ryder Cup: Ballesteros, Garrido, Cañizares, Olazábal, Piñero y Rivero.

Publicado en La Nueva España, Oviedo, 25 de septiembre de 2006.